domingo, 23 de septiembre de 2012

Será el trevol, hoy tengo ganas de mi.

Ha sido tenerlo en mis manos, y empezar a quitarme las legañas...

¿Será poder especial de esa planta mágica? La última vez que tuve en mis manos uno fue en 2009...nació y creció a la luz de mis gigantes y me dio la fuerza necesaria para ser esa persona que hoy echo tanto de menos.

Entonces, fue mi padre quien me lo regaló.
Hoy, una de las personas más especiales que conozco...pero no de ese especial que dicen..."eres especial, me gustas porqué eres especial y luego te tratan como si fueras normal y corriente". Pues sí, él es ESPECIAL. En mayúsculas. Tímido, reservado, con miles de secretos escondidos en el fondo de su corazón, pero capaz de ensancharte el alma con un simple gesto, con una mirada  y con un detalle como el de hoy.

Las cosas no andan bien, y hoy no me extenderé...mi vida está apunto de dar un giro de 360º y falta que me hace...ganas no me faltan. Karma más bien.
Ganas de dejar atrás todo lo que me ha arrastrado hasta aquí.
Alguien a quien quiero me dijo hace pocos días; permítete estar mal.

Y es cierto, siempre me he exigido mucho a mi misma...mi sonrisa y mi positividad, mi coraje por luchar por lo que quiero siempre han sido mi bandera. Pero últimamente, no hay nada de eso en mi. Y lo que más me duele, es no conseguir lo contrario.

Además de positiva  y alegre, siempre he sido una caprichosa consentida. Y digo consentida, porqué hasta que las cosas empezaron a ir mal, la vida me lo consintió todo...cierto es, que mi lucha y mi constáncia ayudaron bastante... y quizás me ha superado el hecho de que las cosas no hayan salido como yo queria.

Este año, nada. Absolutamente nada, se ha puesto de mi parte.
Pero lo mejor de tocar fondo, es que solo te queda el salir a flote. Y esta vez no me va a ser difícil, dicen que allí....no tienen playa.

Hay personas que necesitamos un pequeño empujón para volver a ser felices, eso es lo que espero de la vida...un empujón de fuerza, y suerte...el resto, corre de mi cuenta.
Pronto, y lo sé...cumpliré mi sueño, me alejaré y pondré distáncia a todo lo que me ha hecho tanto daño, y volveré a encontrarme conmigo misma, para volver a dejarme querer y a querer a quien tanto está sufriendo viéndome sufrir.

Mis amigos, que son más que mi família, y mi família.
Poco a poco,
paso a paso...


Y que nada ni nadie me pare.


Dónde estás pequeña...



Que no, que no, y que no.
Que no le echas de menos, ni a él…ni a los que llegaron antes. Que te olvides de estas farsas que montas en tu cabeza para distraerte, son cortinas de humo…porqué no quieres ver la realidad. Que a la única persona que echas de menos, es a ti misma.

Sí, esa niña capaz de reírse de sus propios problemas, esa que se viste de colores y va andando mirándose en cada uno de los espejos que se encuentra, esa que se quiere…que camina sin saber a dónde va, sin tenerlo muy claro, pero con ganas de perderse. Esa niña sin miedos, capaz de saltar, hacerse daño, y volver a estar en pie mirando a su alrededor antes de que alguien la observe.

Pequeña, dónde narices te has metido. Quién eres tú, y que es lo que han hecho contigo. Dime. Que ya no hay mañana en la que te entristezca mirarte de frente, que no tienes aspiraciones, que ya no te llenan ni los abrazos de la gente que tienes a tu lado…

¿Cómo has llegado hasta aquí? Dime, cuéntame…se sincera. Eres una soñadora nata, pero de esas, de las buenas, las que sueñan despiertas y corren tras sus sueños, las que se enfadan si no se cumplen y se encaprichan de la vida. Y ahora? Que ocurre?

Mírate, eres como ese azúcar que alguien mete en la nevera por error. Ni eres tú, ni éste es tu sitio. Pues si tan claro lo tienes, saca de dentro las fuerzas, vuelve a ser un poco de lo que fuiste para poder reconocer lo que eres ahora, y corre…No esperes a que nadie te saque de la nevera. Deja de sentir ese frío interior que no te deja avanzar, puede que te cueste sonreír, últimamente las tienes contadas…piérdete, no mires atrás. Y reencuéntrate contigo misma.